Introducción
Preludio transatlántico
En mayo de 1975, seis jóvenes peruanos se reunieron para crear la Asociación Peruana de Semiótica y pedir su afiliación a la Asociación Internacional de Semiótica.1 Detalle curioso, no se encuentran en su propia nación sino en París, donde preparan un doctorado en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) bajo la dirección de A. J. Greimas, quien apadrina personalmente su nueva organización. A lo largo de ese año y del siguiente, elaboran cursos y programas junto con otros estudiantes peruanos de Greimas, y también crean grupos de investigación en semiótica en las tres grandes universidades de Lima (Ballón Aguirre, 1986, pp. 388, 404).
Diez años más tarde, siete doctorandos de Argentina, México, Perú y Venezuela coinciden en el Seminario de Greimas en la EHESS. Deciden dar un marco institucional a sus intereses comunes recién descubiertos y a sus intercambios cada vez más extensos, y fundan el Grupo Latinoamericano de Semiótica (GLS) —una vez más, en la capital francesa—, y ahí registran su grupo como asociación francesa sin fines de lucro. El GLS organiza congresos en México y en Argentina, y su primer coloquio internacional en la Casa de América Latina del Boulevard Saint-Germain, en París, en 1986. Greimas pronuncia el discurso de apertura, seguido por las comunicaciones de cuarenta de sus estudiantes, originarios de América Latina pero también de Dinamarca, Francia, Italia, Líbano y Portugal (Escudero Chauvel, 2006 [1998], pp. 18-26).
¿Cómo puede ser que al igual “que una historia de Julio Cortázar, los primeros semiólogos latinoamericanos se reúnan en París”, como lo recordará años más tarde Lucrecia Escudero (Escudero Chauvel, 2006 [1998], p. 17; Cortázar, 1963)? ¿Cuáles son las tendencias generales de más largo alcance en el tiempo que motivan la creación de sus instituciones semióticas en París y no únicamente en Bogotá, Caracas, Lima, México, Puebla y Rosario? ¿Qué papel juega Greimas y su seminario en estas conexiones y acciones? El presente artículo explora dichas preguntas y muchas otras relacionadas, con el fin de describir y entender la recepción mundial de la obra greimasiana, poner de manifiesto los factores que gobiernan el desarrollo de la semiótica en el mundo y así contribuir a la historia de las ideas.
Greimas en el mundo
Las publicaciones de Greimas comprenden once libros como autor único y cinco en coautoría, dos obras colectivas como director único y seis como codirector, a las que se agregan más de un centenar de contribuciones científicas en revistas periódicas o volúmenes colectivos y alrededor de doscientos artículos en lituano (Broden, 2020). Mientras que la mayoría de las investigaciones en el desarrollo de sus métodos se concentra con justa razón en Francia y en las publicaciones en francés, este artículo explora más bien la propagación y la adaptación de sus ideas en otros países y lenguas.
Este ensayo se basa en nuestras investigaciones, con el objeto de precisar las conferencias y seminarios que Greimas sostuvo alrededor del mundo, para identificar a los doctorandos que él inscribió en la EHESS, censar las traducciones de sus escritos y caracterizar la recepción que inspiró en el extranjero, incluyendo las estructuras institucionales eventualmente creadas. Por otra parte, elementos de historia sociocultural, de relaciones internacionales y de historia intelectual ayudan a esbozar el contexto en el que su proyecto fue elaborado y se expandió a distintos países. En efecto, el impacto mundial de sus trabajos está estrechamente ligado a la historia general del interés por las ideas occidentales, por la lengua y la cultura francesa, y en especial por el estructuralismo.
El uso y la enseñanza del francés figuran como un factor significativo ya que sirven a la vez de indicio y de puerta de entrada en la cultura y la ciencia francesa. Dos factores conexos juegan un papel determinante en este contexto: la institucionalización de su semiótica y los intercambios personales; a modo de ejemplo, cuando Greimas aún vivía, ya la mitad de sus libros estaban traducidos por investigadores que siguieron su seminario.
Las perspectivas de nuestra investigación se fusionan con la tendencia actual de la historia de las ciencias, las cuales estudian tanto la difusión como la localización de los descubrimientos, los inventos y las metodologías, insistiendo en las “prácticas de comunicación, de movimiento y de traducción” (Secord, 2004, p. 656). Este punto de vista informa de manera más general nuevos acercamientos tales como la historia transnacional, los estudios de transferencia, la historia cruzada y la antropología definida como “estudios de traducción”. El nuevo paradigma reúne las investigaciones en la mundialización que aspira a diversificar y ensanchar los horizontes geográficos hacia los espacios y los intersticios intrarregionales y transcontinentales.
Las relaciones entre Francia y los demás países apuntan hacia tres grandes categorías de recepción del proyecto greimasiano y, para cada una de ellas, este estudio se concentra en una región en particular a modo de ejemplo. El artículo examina, en primer lugar, las culturas que manifiestan las afinidades más estrechas con Francia, es decir las románicas, analizando de manera especial el caso de América Latina. La segunda categoría comprende a países que gozan de convergencias menores sin dejar de ser importantes con la sociedad francesa. Se trata de zonas de lenguas germánicas para las cuales nos apoyaremos en la parte anglófona del continente americano. El último panel del tríptico explora países que mantienen relaciones más lejanas con Francia, en especial durante la carrera de Greimas, y nos focalizaremos en Rusia (ex URSS). Además de los trabajos científicos publicados, nos basaremos en documentos de archivos, así como en entrevistas y comunicaciones personales con A. J. Greimas, sus traductores, editores y colaboradores, y especialistas de las distintas culturas estudiadas.2
1. Lenguas romances: América Latina
1.1. El Seminario de Greimas en París
Después de haber enseñado durante dieciséis años en Alejandría, Ankara, Estambul y Poitiers, en 1965 Greimas integra la Escuela Práctica de Altos Estudios, Sección VI, en París, que se convertiría, en 1975, en EHESS. Durante más de un siglo, desde Napoleón, la enseñanza superior francesa sirvió de modelo a otros países, únicamente rebasada por el sistema prusiano y más tarde por el americano (Clark, 2008; Wagner, 2004, pp. 18-19; Werner, 2004, p. 205). Cuando Greimas se jubila en 1985, los extranjeros constituyen el 14 % de las inscripciones universitarias en Francia (Prost et Cytermann, 2010, Tabla 5).
El Seminario de Greimas funciona como el principal vehículo para la elaboración y la difusión de su semiótica, gracias a que sus miembros se reúnen en la ciudad intelectual mundial por excelencia —coronada por el extenso patrimonio cultural francés— y gracias a que ahí se habla el francés, idioma que goza de prestigio desde hace ya mucho tiempo; además de las sesiones semanales del seminario, que se prolongan en la cafetería contigua, así como sus numerosos talleres paralelos, atraen cada año a más de un centenar de investigadores del mundo entero. Este dispositivo científico colectivo se vuelve aún más crítico, ya que desde la década de 1970, Greimas y su grupo elaboran un acercamiento complejo cuyos numerosos conceptos y términos que tienen como propósito constituir un sistema, requieren un aprendizaje intenso, de un año o más, al contacto con otros greimasianos con el fin de producir investigaciones rigurosas. Entre 1977 y 1985, los extranjeros constituyen casi las tres cuartas partes de los nuevos doctorandos que Greimas inscribe en la EHESS, quienes provienen de seis continentes y treinta nacionalidades diferentes.3
1.2. Las lenguas romances y América Latina
Muchas sociedades latinas mantienen desde hace años vínculos estrechos y se inspiran a menudo en los pensadores francófonos, pues consideran París como el primer centro de las artes y las ideas. En el periodo comprendido entre 1965 y 1985, el PIB por habitante de Francia alcanzaba un nivel de entre tres y quince veces superior al de los países de América Latina y rebasaba al PIB italiano por 50 % (Banco Mundial, s/f). El vínculo entre las lenguas romances facilita los intercambios y las traducciones; si bien cada una de estas posee sus particularidades, la terminología lingüística puede causar problemas.
Los países meridionales del Nuevo Mundo resultan ser tierras fértiles para las ideas francesas, transmisión que desafía al Atlántico, triunfo de la fuerte influencia histórica de otras potencias europeas y que demuestra la importancia de los vínculos entre las culturas románicas. A mediados del siglo XIX, el espíritu de 1789 y el nivel científico de Francia hacen que estos países desempeñen un papel importante (Balous, 1970, p. 58). Es entonces cuando algunas élites crean e imponen el topónimo “América Latina” para designar a la vasta región que logran atraer a la esfera de influencia francesa, a expensas de sus antiguos dueños coloniales, de los Estados Unidos y de los pueblos indígenas de sus propios países (Martinière, 1982, pp. 25-33; 60-62; Gilson et Levinson, 2012, pp. vii-ix). El semiotista Raúl Dorra observó que “aprender el francés y conocer París fue un ideal del hombre latinoamericano cultivado. París era considerada como la capital de las artes y de las ciencias humanas en general”.4
En la América hispánica, en la década de 1940, los lingüistas se apropian de las ideas centrales de Saussure, y, en Brasil, lo mismo sucede en la década 1960 (De Lemos; Lier-De Vitto; Andrade; et Silveira, 2003). Debido a la influencia anterior del positivismo y del existencialismo, el estructuralismo se convierte en una corriente clave en América Latina a partir de 1960, estimulado por estudiantes e investigadores que regresaron de Francia y por traducciones al español y portugués largamente difundidas en el Nuevo Mundo (De Lemos y otros, 2003; Garza Cuarón, 1988, pp. 276-277; Gilson et Levinson, 2012; Rector, 1986, pp. 47-49; Santaella Braga, 1990, pp. 128-137). Los jóvenes latinoamericanos voltean hacia los estructuralistas en busca de estrategias para renovar los paradigmas heredados del siglo anterior —cuyos adeptos se resisten vigorosamente a las nuevas perspectivas (Ballón Aguirre, 1986, pp. 387-388; Rector, 1986, p. 48).
Brasil representa un caso único: es el quinto país del mundo en cuanto a población y superficie se refiere; a ello se añade que posee la mitad de la población, extensión y PIB de América del Sur. En el marco de un esfuerzo para adoptar plenamente y más rápidamente el modelo occidental de la modernidad y del desarrollo (Schwartzman, 1991, p. 19), Brasil crea, en 1934, instituciones de enseñanza terciaria, en especial la Universidad de São Paulo (USP), la que se convierte pronto en una de las más grandes universidades del continente. El Estado recluta a profesores e investigadores europeos, particularmente a franceses, tales como los jóvenes Roger Bastide, Fernand Braudel y Claude Lévi-Strauss (Celeste Filho, 2009, pp. 187-204; Vassal, 2017). Actualmente, Brasil sigue siendo uno de los pocos países del hemisferio sur dotado de instituciones y grupos científicos de alto nivel que comparten un número considerable de tradiciones culturales y científicas occidentales (Schwartzman, 1991, pp. 6-7). En específico, el final de las décadas de 1960 y 1970 se caracteriza por “una creencia renovada en el valor redentor de la ciencia y de la tecnología modernas” (Schwartzman, 1991, p. 11).
Los Estados Unidos y sus perspectivas más empíricas, técnicas y prácticas compiten y luego sustituyen a Francia como fuente principal de inspiración en Brasil y en toda América Latina a lo largo del siglo pasado (Martinière, 1982, pp. 15, 33-34, 183). A partir de 1970, el inglés sustituye al francés como primera lengua extranjera en el mundo latino en general (Alto Consejo de la Francofonía, 1986, pp. 90-91, 95). Sin embargo, las élites y las clases continúan cultivando el francés y nutriéndose de la cultura francesa, en parte para diversificar sus intercambios y sus perspectivas, más allá de todo monolito ideológico hegemónico (Organisation Internationale de la Francophonie, 2019, pp. 120-121; Santaella Braga, 1990, p. 128).
Desde 1970, en Argentina, en Brasil, Chile, México, Perú y Venezuela, los intelectuales se interesan en el acercamiento de Greimas, siguen su seminario y sostienen tesis bajo su dirección. Entre 1977 y 1985, más de la cuarta parte de los nuevos doctorandos de Greimas en la EHESS provienen de América Latina, una porción casi equivalente a la cantidad de candidatos franceses, cuando incluso esta región proporciona un porcentaje marginal de estudiantes extranjeros de nivel terciario en Francia (Balous, 1970, p. 103; Alto Consejo de la Francofonía, 1986, p. 115).
Como lo recuerda su doctorante argentina, Lucrecia Escudero Chauvel (2006 [1998], para los latinoamericanos, “el seminario de Greimas fue un foco de formación y de pasaje obligado de aquellos que querían formarse en semiótica” (p. 17). Muchos de estos peregrinos intelectuales se presentan en París, ya familiarizados con la lingüística, la antropología y la filosofía, disciplinas que modelan su acercamiento a la semiótica. Los semiotistas latinoamericanos argumentan que la apertura de su región a la novedad, la presencia preponderante de prácticas culturales no verbales y el recurso a los medios de comunicación, la colocan particularmente “en sintonía con la semiótica” (Santaella Braga, 1990, pp. 123-127; Escudero Chauvel, 2006 [1998], p. 181).
Greimas y su seminario funcionan como nudos de conexión claves gracias a los cuales los latinoamericanos elaboran sus propios proyectos y estructuras institucionales, como lo ilustra la fundación de dos asociaciones de semiótica mencionadas al inicio de este artículo.
Los latinoamericanos invitan a Greimas a sus universidades, crean seminarios, centros y publicaciones periódicas dedicados a sus métodos y traducen sus trabajos (Garza Cuarón, 1988, p. 280; Rector, 1986, pp. 55-56). En julio de 1973 y en octubre de 1975, hace giras para impartir conferencias y seminarios en la Universidad de São Paulo y en otras universidades del estado del mismo nombre, donde se funda el Centro de Estudos Semióticos A. J. Greimas y su revista Significação - Revista Brasileira de Semiótica. A modo de comparación, a lo largo de toda su carrera sólo presentará dos comunicaciones en la península ibérica, a pesar de su cercanía con Francia. En Brasil, como en otros países, se expresa —salvo excepción— en francés, o en lituano cuando habla con sus compatriotas.
En México, a partir de 1940, los investigadores del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios del Colegio de México comienzan a difundir y a desarrollar el estructuralismo y, en 1976, crean un curso doctoral que comporta un examen crítico de la teoría de Greimas. Dos años más tarde, el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana, en Xalapa, crea un seminario centrado en sus trabajos y se exploran aplicaciones de su acercamiento a los textos literarios (Garza Cuarón, 1988, pp. 26-277). En la siguiente década, el Instituto Nacional de Antropología e Historia integra los métodos greimasianos en algunas de sus enseñanzas e investigaciones. Asimismo, universitarios mexicanos traducen De la imperfección y Semiótica de las pasiones. En 1990, semiotistas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla forman un grupo que encabeza muchas iniciativas, entre ella, importantes intercambios con sus homólogos franceses y una serie de conferencias. Institucionalizados en el marco del Programa de Semiótica y Estudios de la Significación, en 1998, las actividades incluyen el Seminario de Estudios de la Significación y diversos cursos de especialización, la revista Tópicos del Seminario, el Fondo Greimas de Semiótica, así como la publicación y la dirección de investigaciones, memorias, tesis y traducciones (Dorra; Filinich; Ruiz; Ruiz Moreno; et Solís Zepeda, 2012).
Semántica estructural así como la casi totalidad de la obra semiótica de Greimas, es traducida al portugués y al español, a menudo en excelentes casas editoriales, en promedio cuatro o cinco años después de la publicación del original en francés. Once libros suyos están disponibles en español y once en portugués, más de seis artículos en español y cinco en portugués. Algunos de sus traductores radican en Europa y otros en América Latina, pero casi todas las traducciones al español, salvo alguna excepción, se publicaron en Madrid, y luego se distribuyen en los demás países hispánicos. Los brasileños realizan todas las traducciones al portugués, que publican en Brasil, generalmente en São Paulo, por lo común en la USP. También crean numerosas estructuras institucionales eficientes, incluidos trece grupos de estudios o de investigaciones, así como numerosos cursos y publicaciones periódicas (Lemos et al., 2012).
Los latinoamericanos interesados en el proyecto greimasiano incluyen lingüistas, y también especialistas en literatura y comunicación. Ven en sus métodos, y de manera más general en el estructuralismo, recursos útiles para sus esfuerzos tendientes a rejuvenecer las metodologías existentes, criticar la ideología, estudiar nuevos medios de comunicación y explorar tanto la literatura experimental como los relatos y las tradiciones orales autóctonos (Barros, 2012; Lemos; Portela; et Pessoa, 2012; Santaella Braga, 1990). En las ciencias del lenguaje latinoamericanas y más ampliamente románicas, Semántica estructural (1966) suscita investigaciones del discurso dentro y más allá de la frase, las cuales comprenden la estilística y la pragmática (Rastier, 1978; Eco, 1986, pp. 189-201). Con el fin de estudiar sus sociedades multiculturales, políglotas y multirraciales, así como para hacer frente al impacto de acontecimientos políticos dramáticos que sacuden a la región, los semiotistas de América Latina establecen un marco epistemológico unificado que reúne factores internos y externos al texto, analizan los mecanismos sociales de la comunicación tales como la producción, la circulación y el consumo de textos y se concentran asiduamente en la etnosemiótica y la sociosemiótica (Barros, 2012, pp. 133, 155; Lemos y otros, 2012, pp. 65-66).
A lo largo de décadas, los semiotistas latinoamericanos siguen explorando nuevas problemáticas y reforzando los diálogos multidisciplinarios con la lingüística, la retórica, la teoría y la crítica literaria, la comunicación y el marketing (Barros, 2012, pp. 145-154). Algunos se dedican a desarrollar la semiótica misma de Greimas, mientras que otros integran sus ideas en acercamientos que sintetizan la lingüística, el análisis del discurso, la pragmática, la teoría social y/o el psicoanálisis.5
1.3. Perspectivas finales sobre las culturas románicas
En el concierto de los países latinos, Italia representa el caso más importante. Gracias en parte a Umberto Eco, la semiótica ocupa un lugar inigualable en otros lugares del mundo, y Paolo Fabbri, alumno de Greimas desde 1967, recluta a jóvenes italianos deseosos de trabajar la teoría para laborar con su maestro en París. Greimas hará doce estancias científicas en Italia, donde su obra será traducida rápidamente y casi íntegramente, asegurando así un lugar privilegiado para sus ideas en los cursos, coloquios y publicaciones semióticas del país.
Actualmente, las tierras latinas siguen siendo muy dinámicas en la elaboración de nuevas direcciones en semióticas inspiradas en los principios greimasianos que conforman grupos de investigación reunidos en la Federación Románica de Semiótica, creada en 2015 (Colloque Nudges, 2019). Algunas regiones francófonas presentan casos particulares, los que sería interesante analizar en un estudio más profundo, en particular Rumania, único país francófono que firmó el Pacto de Varsovia, la parte francófona de Canadá, la cual manifiesta una cultura híbrida franco-americana y las antiguas colonias africanas de Francia, en particular Marruecos, país bilingüe en francés y árabe. También podríamos indagar en los factores que hacen que ciertas zonas ofrezcan una recepción menos generosa, tales como Colombia, tal vez más atraída por los Estados Unidos, España —durante muchos años menos integrada al continente— y menos vinculada con Francia desde la época de las guerras napoleónicas— y Valonia, más concentrada tal vez en su propio grupo Mµ, en tiempos de Greimas.
2. Lenguas germánicas: la América anglófona
2.1. La América del Norte anglófona
Dentro del segundo grupo lingüístico occidental importante, el germánico, son los americanos anglófonos los que se sienten más atraídos por los trabajos de Greimas, mucho más que otros investigadores. Mientras que los universitarios en los Estados Unidos volteaban tradicionalmente hacia Alemania más que hacia Francia desde el siglo XIX, los intercambios culturales franco-americanos se intensificaron significativamente después de 1945. En la enseñanza superior, el francés se convierte en la primera lengua extranjera; las prácticas en el extranjero se multiplican en ambos sentidos y los americanos constituyen la nacionalidad más importante dentro de los extranjeros inscritos en Francia (Balous, 1970, pp. 103, 165-166; Walton, 2012, pp. 109-120). Sin embargo, las perspectivas de la obra de Greimas —al igual que las de muchos otros franceses y europeos del continente— se oponen en varios aspectos a las tendencias en la investigación intelectual y en el análisis textual del lado de los angloamericanos. En el campo de las letras, estos últimos favorecen los métodos más empíricos, se muestran más escépticos hacia las ambiciosas teorías y manifiestan más resistencia en contra de la proliferación de neologismos y términos especializados. Los métodos greimasianos se distinguen, en especial, de los de los americanos, tomados de la lingüística y de la filosofía.
Un primer proyecto de traducción de Semántica estructural, desde su publicación en 1966, fracasa pues encuentra resistencia por parte de colegas que predicen que los lingüistas anglófonos encontrarían su método saussureano, sus perspectivas filosóficas continentales, su narratología y su carácter multidisciplinario incomprensibles e invendibles (Broden, 2021). Por otro lado, en el mismo momento, la ola estructuralista comienza a invadir América, desencadenando un debate animado y llevando a muchos intelectuales a explorar las nuevas ideas que divergen fuertemente de sus prácticas tradicionales (Cusset, 2005). Las características mismas que algunos lingüistas anglófonos juzgaban problemáticas en Semántica estructural se convierten en los elementos faros de la nueva tendencia.
Desde el final de la década de 1960, los anglófonos pueden leer artículos de Greimas sobre el análisis textual y la teoría semiótica, en antologías del estructuralismo y en nuevas revistas abiertas a las perspectivas de vanguardia. Del mismo modo que en Francia, en el auge del estructuralismo, Greimas aparece como uno de los pocos lingüistas innovadores que aborda cuestiones teóricas fundamentales al proponer un proyecto transdisciplinario. Se retoman sus discusiones de problemáticas epistemológicas, se utilizan sus modelos para analizar las tensiones y las transformaciones sociales representadas en los textos y se esboza su biografía intelectual (Broden, 2015; Jameson, 1988, pp. 3-34, 75-101; Perron, 2003).
Es en este contexto que colegas americanos invitan a Greimas a impartir conferencias y seminarios en una decena de ocasiones entre 1965 y 1991, de las cuales podemos destacar cinco estancias importantes de entre un mes a un trimestre entre los años de 1960 a 1970. Pasa la mayor parte de su tiempo en Berkeley, en Toronto, Nueva York y en Ottawa, sin dejar de visitar otras partes de Canadá, así como California y el Medio Oeste. En contraste, sólo hará una estancia de aproximadamente ocho días en Inglaterra. A pesar de sus numerosas misiones en América del Norte, pocos anglófonos siguen su seminario, típicamente especialistas en literatura francesa que reúnen la competencia lingüística necesaria y un interés por las teorías narrativas y culturales. Un puñado de docentes e investigadores competentes en inglés y que conocen la semiótica greimasiana incorporan sus ideas en sus investigaciones y en sus enseñanzas en los Estados Unidos, en particular Fredric Jameson, quien asistió al seminario de Greimas en 1969-1970. Sin embargo, este no crea grupos de investigación, ni cursos, ni empresa editorial centrados en su proyecto, como sucedió en tierras románicas. Y, contrariamente a sus colegas latinos, los lingüistas anglófonos nunca prestan atención a la obra de Greimas, indiferencia que reservan de manera casi universal a todo acercamiento que proviene del extranjero.
Una vez que el estructuralismo se difunde en América, los libros de Greimas se traducen en grandes casas editoriales. A la inversa de las lenguas romances, las obras se publican con un retraso de diez años en promedio y con un desorden que borra la evolución de sus investigaciones, pero, a partir de 1993, prácticamente todas las grandes obras de Greimas están disponibles en inglés. Estas traducciones aseguran a sus investigaciones una difusión no sólo en los países anglófonos, sino también en Escandinavia, en Asia e incluso en América Latina, donde desde hace cuatro décadas, los jóvenes estudian más la lengua de Shakespeare que la de Molière.
2.2. Perspectivas finales sobre los países de lenguas germánicas y románicas
Los países de lengua alemana, los cuales desde hace más de dos siglos muestran desinterés por lo que ocurre en Francia para renovar la investigación científica, ofrecen una recepción modesta a la obra de Greimas y, por ejemplo, sólo traducen uno de sus libros, Semántica estructural. A pesar de que se observan acogidas más importantes en otras dos áreas de lengua germánica, el lugar central ocupado por Hjelmslev y Brøndal en la obra de Greimas contribuye a atraer la atención de los daneses, quienes lo invitan a dar conferencias y traducen Semántica estructural, así como el Diccionario de semiótica (Greimas y Courtés, 1979). Por otra parte, gracias en especial a su alumno flamenco Herman Parret, Greimas desarrolla intercambios fructíferos entre Flandes y los Países Bajos, en los que se publica una antología de sus escritos en traducción neerlandesa, así como el Diccionario de semiótica.
En las culturas románicas y germánicas estudiadas, el modernismo osado, a veces iconoclasta de Greimas, conviene al impulso novedoso de los años 1960-1970 que alimentan la afluencia masiva de estudiantes, la expansión de los sistemas universitarios, la contratación de numerosos jóvenes profesores y la proliferación de nuevas revistas y colecciones (Chevalier et Encrevé, 2006, pp. 131, 134-135; Cusset, 2005; Johansen, 1986, pp. 121-121, 135-136; Santaella Braga, 1990, p. 133). Al mismo tiempo, es notable constatar hasta qué punto los investigadores del Nuevo Mundo ofrecen una recepción mucho más importante a Greimas y a su obra, en comparación con sus homólogos no francófonos del viejo continente. De 1977 a 1985, acepta, por ejemplo, a dieciocho nuevos doctorandos provenientes de la América hispánica en la EHESS, mientras sólo inscribe a un estudiante de España, a pesar de su cercanía con Francia. El ámbito universitario del Nuevo Mundo reestructura y actualiza sus cursus mucho más que la mayoría de los países del Viejo Mundo (Escudero Chauvel, 2006 [1998], p. 18). Italia representa una notable excepción en tanto nación europea no francófona que ofrece a la semiótica greimasiana la recepción más importante del mundo.
3. Culturas menos cercanas a Francia: la URSS-Rusia
3.1. La URSS-Rusia
En algunas sociedades que manifiestan mucho menos convergencia con Francia, en donde se despliega una vida intelectual muy distinta y en las que se ejerce eventualmente una oposición política e ideológica hacia el Oeste, en especial durante la Guerra Fría, Greimas y su obra conocen una acogida muy distinta. La URSS-Rusia presenta un ejemplo particularmente importante y complicado. Mientras que la corte y la alta aristocracia rusas hablan francés como primera lengua o segunda lengua extranjera en el siglo XVIII, el uso de esta lengua declina fuertemente y de manera duradera a lo largo del siglo que sigue. Sin embargo, a partir de la segunda década del siglo XX, los rusos juegan un papel clave en el desarrollo de la lingüística y de la poética saussureanas y estructurales, en particular gracias a Troubetzkoy, Jakobson y Karcevski. La URSS-Rusia y las sociedades con las cuales mantiene relaciones estrechas ofrecen al estructuralismo una recepción desigual.
Por un lado, los investigadores se entusiasman por aquello que asumen como sus expresiones y avatares científicos. Por el otro lado, tildan de desviaciones ideológicas peligrosas muchos de los aspectos de la corriente estructuralista que se desarrolla en Francia en la década de 1960, la que pone en tela de juicio principios marxistas-leninistas fundamentales (Gretskii, 1980; Velmezova, 2018a; Velmozova, 2018b; Vinogradov, 1980). Después de la Segunda Guerra Mundial, Moscú invierte fuertemente en la nueva lingüística, en especial en los campos aplicados tales como la traducción automática, inspirados en la semántica y la lingüística de Greimas. El régimen tolera también a la semiótica, en especial a la Escuela de Tartu-Moscú (Ivanov, 1991; Rudy, 1986).
Desde 1960, Greimas considera la escuela semiótica rusa como el grupo de investigaciones más importante del mundo para su propio proyecto. A partir de 1966, conoce, corresponde (en francés) y colabora con investigadores tales como Viatcheslav Ivanov, Juri Lotman, Eleazar Mélétinsky, Pyotr Ouspensky, Isaak Revzin y Sebastian Šaumjan. Se reúne con los semiotistas en Moscú, en 1961, y en Leningrado-Petersburgo en 1979, como consecuencia de sus visitas a Lituania. Mélétinsky y un lingüista ruso publican discusiones importantes sobre Semántica estructural (Makovskii, 1967; Mélétinsky, 1969), pero no se traduce ningún texto de Greimas.
En las últimas décadas del siglo pasado, el declive del marxismo y la apertura a Occidente crean un clima más favorable a las investigaciones francesas, lo que lleva a la traducción de media docena de artículos de Greimas. Finalmente, en ese siglo, se traducen tres de sus libros, con un retraso aproximado de veinticinco a treinta años. Esta cronología es similar a la de Lévi-Strauss y a la de Barthes, cuyos principales textos —aproximadamente la mitad— son traducidos al ruso entre treinta y treinta y cinco años posteriores a la publicación de las versiones originales en francés. Un libro y media docena de artículos de Greimas salen a la luz pública también en polaco y sus dos libros de mitología son publicados en bielorruso.
Si la geopolítica del siglo XX se hubiera desarrollado en direcciones distintas, Greimas hubiese podido gozar de interacciones más dinámicas con sus colegas eslavos al cultivar sus numerosos intereses comunes. La cortina de hierro disminuyó considerablemente sus intercambios, mientras que las tendencias sociolingüísticas agregaron bloqueos. Bajo el imperio ruso, los padres de Greimas hablaban con fluidez el polaco y el ruso, así como el lituano, mientras que bajo el régimen de la Unión Soviética, su sobrina recibió una educación bilingüe en lituano y en ruso. Greimas mismo nació en Tula, Rusia, pero como muchos otros de su generación en la Lituania independiente, no hablaba ninguna lengua eslava.
3.2. Perspectivas finales sobre las culturas menos cercanas a Francia: lo universal y lo particular
La obra de Greimas recibe una acogida significativa en Lituania, país donde creció, así como en Japón, Corea del Sur y en China. De estos tres países de Asia del Este, el más grande le reserva la acogida más importante, si bien retrasada por la política de Mao Tse Tung, cuya revolución cultural comienza justamente cuando Greimas inicia su seminario en EPHE y publica Semántica estructural. Las discusiones y las traducciones de los escritos de Greimas en las lenguas eslavas, lituana y asiáticas orientales, garantizan a su obra una nueva vida hacia el final de su propia existencia y más allá de ella. Como en otros contextos, su semiótica atrae a investigadores que desarrollan métodos de análisis textuales y culturales que renuevan o completan los acercamientos filológicos e históricos tradicionales.
Estas sociedades tan diferentes de Francia tienen el potencial de suscitar investigaciones que contrastan o combinan las ideas de Greimas con acercamientos muy distintos del ambiente cultural en el que se forjó su obra. Proporcionan, por ejemplo, perspectivas importantes sobre la distinción entre los universales hipotéticos y las prácticas culturalmente específicas. La utilización de esquemas tales como la estructura elemental de la significación y la sintaxis narrativa de superficie en los análisis de textos chinos por Huai-Yu (2019); de una calle de Argel, por Akli Mechtoub (2018); y novelas de Costa de Marfil, por Abida Diarrassouba (2015) confirma el estatus de universalidad que Greimas asigna a estos modelos. A la inversa, la articulación occidental del universo figurativo en cuatro elementos principales: la tierra, el agua, el aire y el fuego, que utiliza Greimas para analizar textos franceses se distingue de la cosmogonía sino-japonesa de cinco términos, a la que agrega la madera y el metal (o el oro) al tiempo que deja de lado el aire (Keane, 1991, p. 3, nota 6). Asimismo, Greimas adopta la tesis de Benveniste que centra la enunciación en la relación entre dos sujetos personales: “yo” y “tú”, pero sitúa la problemática en las prácticas culturales, mientras que Benveniste insiste en el carácter universal de los pronombres personales. Así, los análisis lingüísticos describen la instancia enunciativa del japonés como poniendo en el primer plano, no a tales sujetos individuales, sino más bien al dominio público y la posición relativa de los locutores en el seno de una jerarquía social (Greimas y Courtés, 1979, pp. 79-81; Fontanille, 1998, pp. 258-264).
Conclusiones
La competencia materna en una lengua y una cultura románica está estrechamente vinculada con la recepción de las ideas francesas, incluso de los trabajos de Greimas. No sólo los latinos representan el 85 % de sus nuevos estudiantes inscritos en la EHESS de 1977 a 1985, sino que representan ampliamente la recepción más importante de su semiótica. Al mismo tiempo, la América anglófona, la URSS-Rusia y China demuestran que un atraso en la transmisión de una obra hacia otra cultura no compromete forzosamente su impacto, mientras no ha sido introducida sino después de la corriente más larga de la que forma parte. Los contactos personales y en particular su encuadre y el mantenimiento en estructuras institucionales favorecen la participación al proyecto greimasiano de manera crucial, tal como lo demuestran Italia, la parte flamenca de Bélgica, la América anglófona y América Latina, especialmente Brasil. De los once libros de Greimas traducidos al italiano, los participantes a su seminario o sus propios estudiantes coproducen siete; en inglés, la proporción alcanza cinco de ocho y en español, seis de once.
Los diferentes textos de Greimas que las traducciones a una y otra lengua han puesto a disposición, hacen que el autor que pueden conocer los lectores varíe, de manera significativa según sus competencias lingüísticas. Los que leen una de las lenguas en las que ha escrito, tienen acceso al Greimas más complejo. Así, los francófonos pueden seguir el desarrollo cronológico de sus investigaciones, verdadero microcosmos de la evolución moderna de las ciencias del lenguaje. Los lituanófonos, por su parte, tienen la posibilidad de explorar su época de periodista, lo que desconocen casi todos los demás lectores. En tanto, los anglófonos pueden alimentarse de su semiótica pero no conocen ni el giro sensible que realiza De la imperfección (1987), ni la trayectoria histórica de su recorrido científico, ni sus testimonios sobre los eventos y las personalidades del siglo pasado consignados en sus artículos periodísticos, a diferencia de los bielorrusos, quienes no pueden encontrar sino a un mitólogo. Y así sucesivamente, cada lengua da acceso a una imagen diferente de A. J. Greimas.